Antes de iniciar con la escucha del disco me sentí
entusiasmado porque realizó la misma fórmula que
con el 1989, trabajó con Max
Martin y él es un sello de éxito y calidad y a eso sumarle Shellback; pero de
esta manera la decepción es mayor ya que las canciones que me gustaron no
fueron fruto de esta combinación.
Los sencillos no han sido tan contundentes porque
no han podido combinar versos con el coro o generar una pieza consistente.
El aspecto de badgirl del disco se basó en tratar
de rapear lo cuál no se le da bien y arruina algunas canciones.El concepto del
álbum no es claro ya que hay canciones que son totalmente opuestas y por ende
el mensaje del paquete completo de canciones no es coherente; el estilo musical
que utiliza es muy diferente a lo que venimos conociendo de Taylor y por ello
mis opiniones son muy divergentes por un lado el estilo que decidió utilizar
puede ser muy bueno en un ambiente más alternativo pero dado que no es lo que
esperaba hay algo que no me cuadra y no me gusta de la concepción del concepto
que trajo con el disco.